Existe la percepción de que el tratamiento de las venas varicosas es muy debilitante y toma un largo período de recuperación. En décadas pasadas, los cirujanos solían hacer operaciones de varices en hospitales bajo anestesia general. El cirujano colocaba un dispositivo de extracción en la vena y lo sacaba, despojando la vena a medida que el dispositivo salía del cuerpo. Estas operaciones ya no son el estándar de atención. Ahora tenemos ultrasonido y tecnología de fibra láser delgada para realizar el tratamiento en el consultorio de un doctor, bajo sedación leve e invasión mínima. Esto hace que el tratamiento sea mucho más seguro, ya que hemos eliminado la anestesia general, y la recuperación dolorosa y lenta del pasado. ¡Gracias a Dios por los avances en ciencia y tecnología!

Aquí hay un ejemplo de una ablación láser que estábamos haciendo en Nicaragua. El paciente no está sedado ni está tomando analgésicos de ningún tipo.